jueves, 31 de enero de 2008

Meditación existencial

Tras cranear que colocar en el blog he decidido poner un manuscrito que hace un par de años hize. En realidad este escrito es un ejemplo de los efectos negativos que produce el pensar demasiado en cosas innecesarias.

MEDITACIÒN DE UN CREYENTE SEMI-RACIONALISTA SOBRE ALGUNAS PROBLEMATICAS DE LA VIDA.

¿Qué fue primero el huevo o la gallina?, sin duda este es un problema de suma complejidad y no es para menos, ya que su solución pasa por la resolución de otro gran problema de carácter ontológico, me refiero al del origen de la vida, el cual a pesar de todo lo que digan las diversas religiones y teorías científicas, no se resuelve aún de manera definitiva.
Pero ¿A qué llamamos Vida?, esta pregunta es tal vez algo más fácil de responder para nosotros, ya que su respuesta se encuentra en la realidad inmediata, que se puede sentir con cada suspiro y que al contrario a la del problema del origen de la vida, no hay que remontarse a un remoto pasado. De hecho para esta misma pregunta pueden haber millones y millones de respuestas diferentes, cada una ajustada al contexto cultural de quien la responda, por ejemplo para mi la vida es la suma de una realidad de existencia, más otra de acción e interacción y se perfecciona con la realidad de conciencia, todo esto funcionando armoniosamente por un motor llamado alma. Pero como ya dije antes, esta “es mi” respuesta, la cual se ajusta a mi contexto cultural y experiencia, y como cualquier cosa en la vida no esta ajena al cambio.
Otra gran pregunta difícil de contestar, por no decir imposible -quien tal vez algún iluminado se presente- es la de ¿Por qué vivimos?, en el caso supuesto de que todos creyéramos en un Dios, no importa el nombre, la pregunta seria ¿Por qué Dios nos creo?, ¿Dios se habrá sentido solo y aburrido con los ángeles?, otra posibilidad que me aterra aun más y es que tal como dicen los cristianos -como yo, ya que no me he desligado aun de esas creencias-, si Dios es omnisciente y sabiendo lo que ocurre en todas partes, en todo los tiempos y si tiene conocimiento de todo pensamiento, él habría sabido desde antes que un ángel suyo se iba a revelar, que desde entonces se presentaría como su opuesto pero menos poderoso, que además este ángel caído iba tentar a Eva y ésta a Adán, y por ello empezaría la degeneración del hombre. Ante esto me preguntó ¿Dios nos habrá creado como un juego para no aburrirse en la eternidad, o simplemente nos creo sin motivo alguno?
Bueno pero al fin y al cabo esas son puras suposiciones y nadie sabe lo que Dios piensa, y como dijo un amigo alguna vez, “nos cuesta mucho concebir realidades distintas a la nuestra”, así que ¿Cómo poder racionalizar lo que no conocemos?, simplemente no se puede, en el fondo eso seria ponerse en los zapatos de Dios, y creo que eso es imposible, a pesar de lo patudo que sea uno.
Bueno, seguramente algún inteligente ya se habrá dado cuenta que hablar de la vida nos conduce irremediablemente a pensar en la muerte, es decir la posibilidad de perder la vida. Y ¿Qué hay más allá de la muerte?, ¿Hay una vida después de la muerte como dicen algunas religiones o no hay nada como dicen los no creyentes?, y si lo que dicen estos últimos fuese verdad, ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH!! Que horror, la hermosa vida o tal vez no tanto, serian solo chispas de un montón de fuegos artificiales en el tiempo infinito y que al final de su destello quedan en nada. Esperen un momento, que tal si este miedo a la muerte, mejor dicho a lo desconocido, sea lo que haya creado religiones como la Judía, Islámica y Cristiana que dan la esperanza de una vida eterna, será este miedo el que haya movido las grandes gestas y hazañas del descubrimiento y así por medio de la fama lograr la eternidad en las memorias de las generaciones futuras, es este miedo lo que hace que la preservación genética sea tan importante para los seres vivos, especialmente para los hombres. Digo esto pues creo que la muerte trae consigo la obsesión hacia la eternidad, o por lo menos al “no olvido”, ya que el temor a desaparecer activa nuestro instinto de Sobrevivencia. Como la muerte de todas maneras es inevitable, aquí entra en juego la imaginación característica del hombre, la que comienza a crear medios de evasión a la muerte, que con el tiempo quedan impregnadas en la cultura en forma de instituciones e imaginarios sociales.
Para hacer menos escandaloso lo que acabo de escribir, diré que un ateo no es menos miedoso que cualquier creyente de alguna religión, pues el ateo con su racionalismo científico teme a lo no verificable empíricamente, pues no lo puede comprender ni manipular. Ante esta lógica lo numinoso pierde validez y adquiere el carácter de falacia omnímoda, pero el fenómeno de las religiones y creencias en fuerzas superiores que rigen a este mundo se da en todas las culturas y como este es un “hecho empírico” que muy pocos ateos se han preocupado de tratar con seriedad y profundidad –sino meramente a criticar-, pienso que la mejor respuesta ante este caldo de cabezas es vivir tratando de hacer lo mejor posible, tanto para uno como para los demás.

1 comentario:

Lato dijo...

me agradó esa hipotesis tuya respecto al juego que somos de Dios, claro, tiene coherencia eso de que podria haber sabido que un angel se revelaria, sabria tbn que los humanos somos por esencia violentos, racistas y capaces de realizar grandes genocidios.

al final wn no tengo idea porque estamos acá. lo único de lo que estoy seguro es k el mundo puede llegar a ser el paraiso en algún momento de nuestras vidas, pero nunca olvides tampoco que el paraiso está a un paso del infierno.

nos vemos Rodrigo